Nuestra sociedad cada vez es más diversa; no sólo hay más diferencias entre las personas, sino que además cada vez somos más conscientes de dichas diferencias al ser estas más manifiestas. Personas con diversas orientaciones sexuales cada vez son más visibles en nuestro entorno ya que por fin y poco a poco no deben esconderse como antes. Personas con diferentes creencias religiosas o culturales cambian de país, por elección o de modo forzado y enriquecen a otras culturas. Personas con diversidad funcional dejan de estar encerradas, escondidas en casa, y participan más de la sociedad.

Y estas diferencias hacen que la sociedad sea más rica, más nutrida de nuevas experiencias si permitimos a nuestra mente verlo así, y si lo hacemos, estaremos permitiendo que nuestros niños lo vean así también, creando una sociedad más tolerante, más diversa, más plena y más real.

Y sin embargo no es fácil. El miedo a lo desconocido nos sigue haciendo reaccionar negativamente en situaciones en las que no nos sentimos cómodos. Y esto impacta en nuestros hijos. ¿Cómo podemos fomentar el respeto en nuestros hijos? Por supuesto, con nuestro ejemplo y con una mente abierta. Aquí os dejo algunos trucos que os pueden ayudar:

  • Se consciente de tus reacciones: Vemos a una persona trans, a una niña con hijab, a un niño teniendo una pataleta… y lo primero que hacemos es quedarnos mirando, poner cara crítica o reaccionar apartándonos. Es totalmente normal que reaccionemos así a lo que conocemos. Lo importante es darse cuenta de ello y trabajar para solucionarlo. Especialmente porque lo más seguro es que nuestros hijos nos estén observando, y aprendan de nuestro comportamiento.
  • Reconoce tus errores: no me canso de dar este consejo a los padres. Si los niños no nos escuchan pedir perdón, reconocer que nos hemos equivocado, ¿cómo van a hacerlo ellos?. Ese pinchacito del ego que sentimos y que nos hace callar, debemos superarlo y ganarlo, y ser capaces de dar el mejor ejemplo a nuestros niños.
  • Pregunta: no tenemos por qué saberlo todo, y debemos mantener la suficiente apertura para poder preguntar. Y si además lo hacemos delante de nuestros niños… vais cogiendo el hilo, ¿verdad?
  • Trata a los demás como quisieras que te tratasen a ti: la empatía se puede desarrollar, y con los niños, cuanto antes empecemos, mejor. Discutir situaciones con ellos donde puedan verse reflejados, con ejemplos reales de situaciones en las que se encuentren normalmente ayuda a que los niños se acostumbren a realizar ese proceso de reflexión.
  • Abre tu mente, tus perspectivas y tus experiencias: los cambios nos ayudan a crecer, a madurar. Lo nuevo enriquece. Escuchemos antes de juzgar, aceptemos la novedad y demos el ejemplo y el aprendizaje que queremos dar a nuestros hijos.

“Muestra respeto por aquellos que no lo merecen; no como reflejo de su carácter, sino como reflejo del tuyo” Dave Willis