Ya describí esta técnica en otra ocasión en https://noemipsicologa.com/2017/11/08/bajando-el-volumen-tecnica-rapida-de-recuperacion-del-control/

Pero muchos padres me siguen preguntando por ella, así que voy a retomarla y enseñaros cómo llevarla a cabo.

Este método nos ayuda a recuperar el control en esos momentos en que ya no podemos más, en que dejamos que las emociones nos sobrepasen y perdemos el control, que gritemos cuando, en el fondo, sabemos que debemos mantener la calma.

Explicado parece largo, pero en la práctica, nos lleva segundos. Empecemos:

Por supuesto, lo más importante y más difícil, es detectar cuando estamos empezando a perder el control. Ese momento en que la frustración, el enfado, el cansancio… se acumula y estamos a punto de dejarlo salir en un estallido que no va a servir a nadie realmente. En ese momento en que nos damos cuenta, es cuando tenemos que buscar nuestros pies (o el trasero si estamos sentados ?) “¿Dónde están mis pies?” y entonces los afianzamos en el suelo, sentimos nuestro cuerpo a través de ellos y respecto al entorno.

Entonces buscamos ese punto de nuestro cuerpo que, a través de lo que estábamos sintiendo, se estaba poniendo tenso. Pueden ser los hombros, la mandíbula, los puños… cada persona es diferente y debemos encontrar el nuestro. Y una vez lo encontramos, lo relajamos. Sólo ese punto es suficiente.

Y es ahora, cuando ya no gritamos. Ya no perdemos el control. Porque hemos recuperado el control racional y las emociones no nos dominan.

Por supuesto, las primeras veces no suele funcionar porque se nos olvida, y nos acordamos de nuestros pies demasiado tarde. Pero con práctica, ya veréis como poco a poco, sois capaces de realizar el proceso sin ni siquiera pensarlo.

Y si lo usáis, ¡no dudéis en comentarme cómo os ha ido!

One´s greatest challenge is to control oneself” Kazi Shams