Estamos en cuarentena desde ayer viernes 13. Las escuelas aún no habían recibido la orden de cierre, pero nosotras decidimos, por responsabilidad, empezar antes. El gabinete quedó cerrado con la incertidumbre de cuando poder volver a abrir y todo lo que eso conlleva.
Justo ayer, se comunicó que se va a decretar el estado de alerta y se empezaron a tomar decisiones a nivel institucional que nos iban a llevar por el mismo camino: cierres, aislamiento, … una situación que no conocemos, totalmente nueva.
Al salir anoche a sacar al perro, nos cruzamos con un coche de Sanidad de la Generalitat Valenciana. Tanto el conductor como el copiloto llevaban mascarillas. Los bares aún estaban abiertos y la gente parecía divertirse. Cada persona está haciendo las cosas de un modo diferente.
Y muchas personas sí siguen trabajando: personal sanitario, personal de limpieza, cuidadores y educadores, transportistas, personal de seguridad, trabajadores de supermercados y tiendas…
Estamos ante una situación difícil, donde se mezclan muchas emociones y muchos modos de enfrentarla, y que además va a ser larga y complicada. Y por eso debemos intentar hacerlo lo mejor posible.
Yo siempre digo que cada familia es un mundo y que lo que funciona para una no tiene por qué funcionar para otra, por eso, los consejos que hoy doy son muy generales, para que, si pueden ayudar a alguien, se puedan también adaptar a las circunstancias y necesidades de cada situación.
Para empezar, las rutinas. Se está hablando mucho de la importancia de tenerlas, así que no voy a entrar en ello. Lo que sí quiero dejaros son algunos puntos:
- Preparar el entorno: mantener cierto orden y limpieza nos va a ayudar a marcar el resto de estrategias. No estamos acostumbrados a pasar tanto tiempo en casa y, organizar el entorno, incluso introduciendo algunos cambios, puede facilitar el que las nuevas rutinas se lleven mejor. El realizar las actividades académicas siempre en el mismo sitio, con todo lo que vayan a necesitar a mano, puede ser también de ayuda. Y también se pueden incluir áreas de juego, áreas de ejercicio… aunque eso signifique tener que mover cosas cada vez que se utilicen en casas más pequeñas.
- Actividades: No se trata sólo de las académicas. Debemos pensar en cómo estructurar el resto de actividades. Es importante que participemos en la mayoría de las actividades con ell@s. Los juegos de mesa, las manualidades, dibujar, leer, escribir historias o cómics, construir… Y además, que también colaboren en actividades de la casa: hacer la cama, barrer, cocinar, lavar la ropa… No os olvidéis de incluir algo de ejercicio físico. L@s niñ@s corren, andan, saltan, juegan, en definitiva, no paran. Esto va a ser un reto si no tenemos jardín u opción de salir, por eso es importante que busquemos alternativas y les dediquemos un ratito todos los días. Y no caigáis en la facilidad de los aparatos electrónicos. No es nada bueno que se pasen el día viendo la tele o jugando a videojuegos. Debemos limitar los tiempos y, muy importante, dar ejemplo. No podemos decirles que no pueden ver la tele y pasarnos el rato enganchados al teléfono. Eso sí, las nuevas tecnologías tienen muchas ventajas, y en este caso, podemos utilizarlas para que se mantengan las relaciones sociales con los iguales. Mandar e-mails, realizar actividades académicas conjuntas e incluso videoconferencias, pueden ayudar a que mantengan ese tipo de relaciones, aunque sea en la distancia.
- Horarios: Como ya he dicho, cada familia tiene sus propias necesidades y características. Mantener un horario similar cada día puede ayudar pero, cuidado, tampoco nos pongamos en plan estricto. Podemos relajar los tiempos según el día y la motivación de cada persona, de modo que los horarios se vean más como una guía y un apoyo que como una imposición.

Al empezar a escribir, he mencionado algunas de las cosas que nos están pasando a nosotras por la cabeza y que nos están haciendo sentir un cúmulo de emociones confusas y, en ocasiones, contradictorias. Nos va a ocurrir que, a lo largo de este tiempo, estas emociones van a ir variando y teniendo menor o mayor intensidad. Es muy importante que tengamos en cuenta lo que estamos sintiendo, lo que l@s peques están sintiendo, y que intentemos hacer un ejercicio consciente de regulación emocional. Algunos puntos importantes son:
- Hablar de nuestras emociones, compartir e invitar a compartir. Debemos ser capaces de validar emociones, aceptarlas tal y como se sienten y, cuando sea necesario, ofrecer estrategias para superarlas y guiar en esas estrategias. Para ello, ayuda el que nosotr@s mism@s lo hagamos como ejemplo.
- La incertidumbre va a ser de lo más difícil de llevar. Cuánto va a durar, cómo va a impactar en nuestr@s trabajos, qué cosas van a ir cambiando… Todo ello es difícil de procesar, también para l@s más peques. Es importante que intentemos resolver sus dudas y hablemos de las nuestras para ayudar a que se sientan partícipes y a que también se expresen.
- Cuando pensemos que ya estamos hasta arriba, que vamos a explotar, que no podemos más… pensar que l@s peques también están pasando por las mismas emociones. Son demasiados cambios y, debemos ser conscientes de cómo les pueden estar afectando.

L@s peques van a tener muchas preguntas, las verbalicen o no. Y debemos estar preparad@s para responder:
- Sin inventarnos lo que decimos. Hay cosas que sabemos, pero habrá otras que no. Y eso debemos saber decirlo.
- Están de moda las fake news y, tanto las redes sociales como el WhatsApp, están llenos de ellas. Es un buen momento para enseñar sobre esto a l@s peques. Usar fuentes oficiales para comprobar los datos que nos llegan es la opción más segura.
- Le damos la importancia necesaria a lo que está pasando. No debemos minimizar el tema como que no es importante. Lo es. Pero tampoco hay que irse al pánico. De nuevo, el equilibrio es la clave.
- Estamos ayudando con nuestras decisiones. Quedarnos en casa, tomar las medidas preventivas necesarias… todo ayuda a que la curva se aplane. Que l@s peques se sientan parte de ese proceso, que están aportando su granito de arena, les ayudará a llevar la situación un poquito mejor.
- Y siempre aseguraos que los mensajes son los adecuados para su nivel madurativo. Ante la duda, que sean ell@s l@s que hagan las preguntas y que luego nos cuenten lo que han entendido.

Y como adult@s, recordar que también sois human@s y tenéis vuestro límite. Si intentamos hacer que este tiempo sea súper completo, súper divertido, súper lleno de actividades… no vamos a ser capaces de mantenerlo a medio y largo plazo. Esta situación no va a ser corta, y debemos mantener un ritmo que seamos capaces de llevar.
Nuestra parte emocional es importante. Si la enfocamos al reconocimiento de las mismas, a la búsqueda de soluciones y, lo compartimos con l@s peques, les estaremos enseñando estrategias muy importantes. Además, nos pueden sorprender. Son mejor de lo que pensamos en buscar alternativas y modos de mejorar el cómo nos sentimos.
Y hacer un buen uso de las nuevas tecnologías. Hay muchos profesores con cuentas en YouTube explicando lecciones, ideas y actividades académicas y de ocio, manualidades, juegos… además de la posibilidad de mantenerse en contacto con l@s demás, amig@s y familiares.

No va a ser fácil, pero está en nuestras manos el hacerlo lo mejor posible.
“Sabemos lo que somos, pero aún no sabemos lo que podemos llegar a ser” William Shakespeare.