El apoyo conductual positivo parte de dos bases fundamentales: nuestra actitud ante las mal llamadas «conductas desafiantes o disruptivas» y las bases de la conducta.

Tod@s tenemos conductas, tod@s nos comportamos de un modo u otro y, sin embargo, especialmente con l@s más peques, cuando hablamos de conducta, inmediatamente le otorgamos un sesgo negativo. Yo prefiero utilizar otra perspectiva, en la que las llamo «conductas que nos retan». Este cambio de nombre ya nos hace cambiar la visión que tenemos sobre las mismas. Por un lado, no es el niño o la niña quienes nos están retando, sino que esa conducta que estamos observando, viviendo e incluso sufriendo, hace que nos tengamos que plantear «¿qué puedo hacer para ayudar con esto?». Nos propone un reto.

Aquí ya me planteo una perspectiva más positiva de la conducta, donde nuestro papel es el de ayudar, guiar, apoyar… en definitiva, fomentar aprendizaje. Una vez cambiamos nuestra actitud, el cómo nos enfrentamos a estas situaciones, el camino hacia ofrecer un apoyo más positivo y enriquecedor, ya está abierto.

Cambiando nuestra actitud, nuestra respuesta se dirige a un aprendizaje más adecuado.

Por otro lado, tenemos que hablar de las bases de la conducta.

Debajo de la conducta que observamos, podemos encontrar una mezcla de sentimientos abrumante.

Cada vez que enseño esta diapositiva, la mayoría de la gente me dice que sí, que ya la conocen, que claro que se tiene en cuenta todo lo que hay debajo, todo lo que puede estar pasando en esas cabecitas… y sólo unos minutos después me describen una situación ocurrida con sus hij@s o alumn@s donde se olvidan estas dos premisas.

La situación por la que estamos pasando ahora mismo, tiene un impacto enorme tanto en adult@s como en niñ@s. Sin embargo, seguimos dejándola de lado cuando l@s peques muestran sus dificultades, del modo que saben.

No tener su rutina habitual, no ver a sus amig@s y profes, disponer de más tiempo enfrente de las pantallas, tener sus espacios, actividades, tiempos, etc. restringidos… tiene un impacto en ell@s que, a menudo, no entienden ni ell@s mism@s. Como adult@s, debemos ser mas conscientes de todo esto y ajustar nuestras respuestas en consecuencia.

Es importante que estemos muy pendientes de cómo estamos afrontando estas situaciones complicadas y que pensemos en qué ha podido llevar a l@s peques hasta este momento. Por que si de verdad queremos apoyarles desde una visión más positiva, más respetuosa, debemos empezar por aquí.

«Behind every young child who believes in himself, is a parent who believed first.» Matthew L. Jacobson